¿Qué andador elegir según la situación de cada usuario?

Andador para exterior o interior

¿Qué andador elegir según la situación de cada usuario?

Por qué es tan importante elegir bien el andador

No es solo una cuestión de comodidad. Un andador mal elegido puede dificultar el movimiento, provocar caídas y, lo más común, acabar abandonado en una esquina de la casa. He visto más andadores criando polvo que funcionando como deben. El problema no es el andador, es que no era el adecuado para esa persona.

No vale el típico “mi vecino tiene uno con cuatro ruedas y va genial”. ¿Y si tu condición física no es la misma? ¿Y si solo te mueves dentro de casa? ¿O necesitas frenos porque tienes más fuerza de la que piensas?

Cómo influye la condición física al elegir un andador

Lo primero es tener muy claro el estado físico de quien va a usar el andador. No es lo mismo una persona que ha perdido estabilidad pero camina por sí sola que alguien que necesita apoyo constante o tiene poca fuerza en las manos.

  • Personas con equilibrio inestable pero fuerza suficiente: aquí van bien los andadores con ruedas (tres o cuatro), con frenos en las empuñaduras y, si se mueven por la calle, con asiento.
  • Usuarios con debilidad muscular o temblores: pueden necesitar frenos a presión (los que se activan al apoyar el peso en el manillar) porque no tienen la coordinación para apretar una empuñadura.
  • Pacientes que solo lo usan en momentos puntuales: pueden ir bien con andadores más ligeros, incluso sin ruedas, si los movimientos son esporádicos y de muy corto trayecto.

Ojo con las ruedas (o la falta de ellas)

Un detalle clave: hay andadores sin ruedas, con dos, tres o cuatro ruedas. Cada uno tiene lo suyo.

  • Sin ruedas: ideales para interiores, especialmente si el usuario tiende a perder el control al avanzar. Obligan a levantar el andador para moverse, lo que a veces es más seguro.
  • Dos ruedas: buen punto medio. Sirven para interiores y exteriores cortos, especialmente si se va a caminar por superficies lisas.
  • Tres ruedas: más maniobrables, pero menos estables. Requieren más equilibrio. Suelen usarse en exteriores, aunque con cierta precaución.
  • Cuatro ruedas: los más completos. Llevan frenos en las empuñaduras, asiento, cesta, respaldo… ideales para personas activas que salen a la calle y quieren descansar a ratos.

Andador para interior o exterior: el dilema

Muchos piensan que el mismo andador sirve para todo. No es así. Hay diferencias importantes entre los modelos pensados para interiores y los diseñados para exteriores.

Andadores para interior

  • Más ligeros, compactos, estrechos.
  • Ideales para maniobrar en espacios reducidos: baños, pasillos, entre muebles.
  • A menudo sin ruedas o con ruedas pequeñas.
  • No suelen llevar asiento ni cesta.
  • No necesitan frenos potentes (a veces ni frenos tienen).

Si el usuario vive en un piso pequeño, o no sale mucho a la calle, mejor optar por uno de estos. Ojo con las alfombras y escalones: pueden suponer un problema.

Andadores para exterior

  • Más robustos, con ruedas grandes que superan bordillos y terrenos irregulares.
  • Incorporan frenos en la empuñadura, asiento plegable y cesta.
  • Mayor estabilidad y comodidad para trayectos largos.
  • Ocupan más espacio, tanto para guardarlos como para transportarlos.

¿Se puede tener uno para cada entorno? Claro, si hay presupuesto y espacio. Si no, habrá que priorizar dónde se va a usar más tiempo.

Freno en la empuñadura o freno a presión: cuál es mejor

Aquí hay debate, y muchas veces no se conoce la diferencia entre ambos sistemas hasta que ya se ha comprado el andador.

Freno en la empuñadura

  • Se activa apretando una palanca similar a la de una bicicleta.
  • Permite un control progresivo: puedes frenar solo un poco o completamente.
  • Necesita fuerza y coordinación en las manos.
  • Suele incluir bloqueo para que el andador no se mueva al sentarse.

Ideal para personas activas, con buena movilidad en manos y brazos. Es el más común en andadores de exterior con ruedas grandes.

Freno a presión (o freno por peso)

  • Se activa al apoyar el peso sobre el manillar.
  • No requiere apretar nada, solo dejarse caer ligeramente.
  • Más seguro para personas con temblores, problemas de coordinación o debilidad muscular.

Se suele usar en modelos sin ruedas o con dos ruedas. También en interiores.

No hay uno “mejor” universal. Hay uno más adecuado según la situación. Lo importante es probar ambos, si se puede.

Qué pasa con el asiento, la cesta y los extras

Hay personas que los ven como lujos. Yo los veo como herramientas útiles, si se va a dar uso en la calle o en trayectos largos.

  • Asiento: permite descansar sin tener que buscar un banco. Fundamental en paseos largos o esperas (farmacia, médico…).
  • Cesta o bolsa: para llevar el bolso, la compra o medicamentos sin usar las manos. Seguridad y comodidad.
  • Respaldo: pequeño apoyo que mejora mucho el descanso cuando se usa el asiento.

¿Todo esto hace el andador más pesado? Sí, pero también más funcional. Y muchos modelos se pliegan fácilmente para meterlos en el coche.

Modelos subvencionados (que no gratuitos)

Es importante aclararlo: los andadores no son gratuitos. Pero sí pueden ser subvencionados por la Seguridad Social o por las comunidades autónomas.

¿Condiciones habituales?

  • Informe médico que justifique su necesidad.
  • Evaluación por parte de trabajo social o atención primaria.
  • Prescripción de un modelo concreto.
  • Aportación económica según ingresos o nivel de dependencia.

En la mayoría de casos no te dan el dinero antes, sino que debes comprar el andador y luego solicitar el reembolso parcial. Conviene asesorarse bien en el centro de salud o en el ayuntamiento.

No hay que esperar meses. Mientras llega la subvención, más vale tener el andador ya. La movilidad no espera.

Otros factores a tener en cuenta

El peso del andador

Parece un detalle menor, pero no lo es. Un andador muy pesado puede dificultar su uso diario, especialmente si hay que levantarlo o subirlo a un coche.

  • Interior: cuanto más ligero, mejor.
  • Exterior: puede pesar más, pero debe compensarlo con ruedas grandes.

El plegado

Algunos andadores se pliegan como una silla de tijera. Otros tienen un sistema más elaborado que reduce mucho el espacio. Si el usuario viaja, va en coche o no tiene sitio en casa, este punto es clave.

Altura regulable

Todos los andadores deberían poder regularse en altura. El usuario debe caminar erguido, sin ir encorvado ni con los brazos demasiado altos. Esto mejora la postura, reduce el dolor de espalda y hace el uso mucho más eficiente.

Mantenimiento y recambios

Cosas como las ruedas, los frenos o el tapizado del asiento se desgastan. Asegúrate de que el modelo elegido tiene recambios disponibles o servicio técnico en tu zona. Nada peor que un freno roto sin solución.

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